Normalmente las encontraréis un poco más altas de lo que las he hecho yo, pero como no tenía otros moldes, las hice así, y resultaron deliciosas, tipo bocadito, sin llegar a ser empalagosas.
El sabor es espectacular a canela y la textura es deliciosa y muy tierna y esponjosa.
No dejéis de probarlas, son un bocado irresistible¡¡¡
Ingredientes:
250 gr. de mantequilla.
250 gr. de harina de trigo.
250 gr. de azúcar.
6 yemas.
3 claras.
1 cucharadita de canela en polvo.
Preparación:
En un recipiente apropiado se bate la mantequilla y el azúcar hasta tener una crema fina. Vamos añadiendo las yemas una a una para introducirlas bien y sin dejar de batir. Echamos la harina y la canela y seguimos batiendo.
Montamos las claras a punto de nieve. Las introducimos con cuidado para que no se bajen con la mezcla anterior con ayuda de una lengua de silicona.
Cuando esté bien mezclando todo con el preparado vamos rellenando cajitas de papel, solamente hasta la mitad, pues la pasta aumenta su tamaño en el horno. Las metemos en el horno a 180º con la temperatura arriba y abajo unos 15 minutos o hasta que estén doradas. Hay que tener mucho cuidado para que no se nos quemen y si vemos que se hacen por abajo subirlas para que se acaben de hacer por arriba.
A mí sinceramente no me gustan muy tostadas por lo que las saqué cuando estaban empezando a dorarse por arriba pero sin estar muy doradas. Así quedaron muy tiernas y esponjosas por dentro sin quedar duras por fuera.