No he probado unas rosquillas caseras tan ricas en mi vida, son deliciosas, tienen un sabor espectacular y un aroma que ya os podeís imaginar...
Lo que más me gustó es que no se salen nada grasientas y que quedan muy esponjosas. Hacía mucho que no me tomaba un colacao mojando unas rosquillas y el otro día me dí el gusto y me trajo muy buenos recuerdos y dormí de maravilla, por cierto...
La receta la saqué de un libro que se llama Postres de Rechupete y que me encanta, estoy enamorada de él porque tiene verdaderas delicias y me muero por probarlas todas¡¡¡
Ingredientes:
500 gramos de harina floja (yo la usé de trigo normal).
4 huevos.
50 ml. de leche entera.
1 sobre de levadura Royal también llamado polvo de hornear (16 gramos).
La ralladura de un limón y de una naranja.
6 cucharadas de azúcar (unos 150 gramos).
6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
20 ml. de anís y 20 ml. de orujo o aguardiente gallego.
Preparación:
Lavamos bien la naranja y el limón y con ayuda de un rallador las rallamos bien sin llegar a la parte blanca.
Batimos bien los huevos con el azúcar. Tienen que quedar muy espumosos, como si se montaran. Se hace como una crema gordita.
Añadimos ahora la leche, el anís, el aguardiente y las ralladuras de naranja y de limón. Batimos bien todo junto hasta que quede bien mezclado.
Añadimos ahora el aceite de oliva virgen extra y batimos bien.
Juntamos la levadura con la harina y esa mezcla la añadimos poco a poco a toda la mezcla anterior hasta que tengamos una masa bien manejable pero que se pegará un poco en las manos. No importa, no añadáis más harina. Nos untamos un poco las manos con aceite y trabajamos más la masa y veremos que ya no se nos pega. No os untéis mucho las manos con aceite para evitar que nos queden las rosquillas aceitosas.
Preparamos una bola con la masa y la metemos en un cacharro grande. Lo tapamos con papel film y lo metemos en la nevera un par de horas.
Cuando ya hayan reposado las dos horas, ponemos una sartén al fuego con abundante aceite y en ella freiremos nuestras rosquillas.
Nos untamos las manos con aceite y vamos formando pelotitas con la masa, pelotitas del tamaño de una pelota de golf aproximadamente. Con el dedo hacemos un agujero en el centro, así no romperemos la masa y nos quedarán más esponjosas y todas iguales.
Freirlas con muchísimo cuidado de que no se nos quemen. Es muy importante tener mucho cuidado pues no nos pueden quedar quemadas y tampoco crudas por dentro.
Mi vitrocerámica tiene temperaturas del 1 al 9. Yo las hice en el 7 sin retirarme ni un segundo del fuego y dando vueltas con ayuda de dos tenedores. Las dejé hasta que las vi doraditas por fuera. No hacer tandas de muchas rosquillas, es mejor freírlas de pocas en pocas.
Cuando ya estén hechas, dejarlas enfríar en una rejilla y luego endulzarlas por fuera como queráis. Yo las espolvoreé con azúcar glass y estaban deliciosas y además quedaron muy navideñas.